ALMACENAMIENTO DE LOS RESIDUOS


Para el almacenamiento los productores dispondrán de zonas a este efecto para su gestión posterior, dichos emplazamientos deberán cumplir con la legislación y normas técnicas que les sean de aplicación. El tiempo de almacenamiento no podrá exceder de seis meses.
Las zonas de almacenamiento de residuos pueden estar ubicadas dentro de la propia nave, en el exterior de la nave bajo cubierto o a la intemperie. En función de la ubicación se tendrán en cuenta los requisitos de almacenamiento más adecuados aplicables a cada caso.
Para el correcto almacenamiento de residuos peligrosos se establecen una serie de recomendaciones:

El almacenamiento debe ser tal que evite el arrastre por lluvia o nieve de las sustancias contaminantes y la contaminación del suelo que pueda ocasionar los residuos peligrosos (sean líquidos, pastosos o sólidos impregnados), disponiéndolos sobre suelo estanco, así como en sitio cerrado o en ubicación exterior con sistema de recogida de lixiviados.

Almacenamiento en recipientes móviles: La altura máxima de apilamiento de envases apoyados directamente unos sobre otros vendrá determinada por la resistencia del propio envase y la densidad de los residuos almacenados. Los recipientes estarán protegidos contra los riesgos que provoquen su caída, rotura y derrame de lo contenido.

Evitar arrastre por el viento y la contaminación del suelo, que puedan ocasionar los residuos peligrosos pulverulentos; disponiéndolos sobre suelo estanco, envasados correctamente (envases herméticos) y/o confinados en sitio cerrado adecuado.
Asimismo, las zonas de almacenamiento estarán separadas de la red de saneamiento, para evitar contaminación de eventuales vertidos. Estas áreas de almacenamiento deberán ser diferenciadas para cada tipología de residuo peligroso, especialmente en el caso de incompatibilidad físico-química y para evitar mezcla de residuo valorizables con aquellos que puedan dificultar su valorización en caso de vertidos o situaciones accidentales.


El almacenamiento comienza una vez que un recipiente ha sido llenado y cerrado.
Para almacenamientos interiores contar con ventilación natural o forzada para evitar la acumulación de vapores peligrosos.
Para almacenamientos interiores contar con ventilación natural o forzada para evitar la acumulación de vapores peligrosos.
Limitar la cantidad de residuos almacenados con el fin de evitar riesgos.
Llevar un inventario actualizado de las cantidades almacenadas para no excederse del periodo máximo de almacenamiento.
Identificar las zonas de almacenamiento de residuos.
Elegir las zonas de almacenamiento en lugares que permitan el acceso y tránsito de montacargas mecánicos, electrónicos o manuales, así como el movimiento de grupos de seguridad y bomberos en casos de emergencia.
Contar con señalización en lugares y formas visibles, alusiva al almacenamiento de residuos y a la peligrosidad de los mismos.


Periódicamente es conveniente realizar observaciones sobre las condiciones de almacenamiento para detectar la presencia de fugas o emanaciones que delaten un incorrecto envasado de los mismos.
Para empresas que generan grandes cantidades de residuos para su almacenamiento es aconsejable por el ahorro de costes de gestión que supone la adquisición de tanques de gran capacidad en lugar de recipientes menores que en una única retirada puedan llenar un camión cisterna, de manera que se reduzca la frecuencia de recogidas y estas se aprovechen al máximo y sea más rentable tanto para el gestor como para el productor. Se trata de una pequeña inversión que va a suponer un ahorro de costes de gestión.

En muchas ocasiones, que una empresa disponga de una bomba puede suponer una ventaja, ya que se puede prescindir de la contratación del servicio de succión.